El 26 de julio de 1935, en una sección de la revista El Hogar, se le preguntó a Borges cuál era su cuento favorito, él respondió:
Me piden el cuento más memorable de cuantos he leído. Pienso en “El escarabajo de oro” de Poe, en “Los expulsados de Poker-Flat” de Bret Harte, en “Corazón de la tiniebla” de Conrad; en “El jardinero” de Kipling – o en “La mejor historia del mundo” -, en “Bola de sebo” de Maupassant, en “La pata de mono” de Jacobs, en “El dios de los gongs” de Chesterton. Pienso en el relato del ciego Abdula en “Las mil y una noches“, en O. Henry y en el infante don Juan Manuel, en otros nombres evidentes e ilustres. Elijo, sin embargo -en gracia de su poca notoriedad y de su valor indudable- el relato alucinatorio “Donde su fuego nunca se apaga“, de May Sinclair.
Recuérdese la pobreza de los Infiernos que han elaborado los teólogos y que los poetas han repetido; léase después este cuento.
Puedes obtener todos esos cuentos en el libro titulado “Cuentos memorables según Jorge Luis Borges“.
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Que interesantes aportacones, hizo lo mismo El buen julio… cuestion de investigar… pero valdría la pena, ver que pensaba Rulfo, Arreola o Rubén Dario un abrazo
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Creo que en esta lista falta “La esperanza” de Villiers de L’Isle Adam. Según Borges es la obra maestra del cuento, y le encuentro mucho sentido a eso, es un relato excelente.
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