¿Qué es la biblioterapia?
La biblioterapia es un método terapéutico que utiliza el libro y la lectura con fines curativos y que se basa en la idea de que los materiales bibliotecarios, incluidos los electrónicos, pueden ejercer un efecto positivo en la recuperación de enfermos físicos y mentales. No es un término unívoco, aunque sí el más usado en los sistemas de recuperación de la información, sino que podemos encontrarnos con otros de significado igual o parecido como bibliorientación, terapia de lectura (en los países anglosajones), bibliodiagnóstico (los libros se utilizan como técnicas para la evaluación psicológica) biblioprofiláxis (los libros se usan con propósitos preventivos), biblioteconomía clínica, terapia literaria o videoterapia, cuando las películas se utilizan como parte de la psicoterapia.
La biblioterapia es un método de carácter interdisciplinar que se sirve de la psicología para entender la conducta y procesos mentales de las personas, de la psiquiatría para evaluar y rehabilitar los diferentes tipos de trastornos y de la biblioteconomía para seleccionar los materiales más adecuados para este fin. Por lo tanto, debe ser realizada por un equipo también interdisciplinar integrado por bibliotecarios, psiquiatras, psicólogos, médicos, asistentes sociales, etc.
Historia.
Etimológicamente la palabra biblioterapia proviene de dos vocablos griegos, “biblio”, libro y “terapia” que significa tratamiento, por lo tanto, la biblioterapia sería la actividad que tiene como objetivo curar o sanar a través del libro.
Aunque es un término relativamente nuevo, desde hace siglos se han utilizado los libros y la lectura como método terapéutico. En el antiguo Egipto las bibliotecas, concebidas como centros de conocimiento y espiritualidad, se ubicaban en templos que los egipcios denominaban “casas de vida”. También griegos y romanos consideraron la lectura como una forma de tratamiento médico, como un recurso terapéutico y espiritual afirmando que las bibliotecas eran la “medicina del alma”
En la Edad Media, era habitual proporcionar libros a los pacientes como complemento terapéutico y la lectura de textos sagrados en el desarrollo de las intervenciones quirúrgicas. Durante las operaciones se leían pasajes de la Biblia y vidas de santos, pero también epopeyas, tragedias y otras historias profanas.
Aunque son muchos los libros de medicina que hablan de Biblioterapia, fue el teólogo alemán Georg Heinrich quien, a partir de la segunda mitad del siglo XVII, difundió esta práctica terapéutica en su obra “Biblioteca de enfermos”, en la que estudió la fuerza curativa de la literatura.
En 1810, el investigador norteamericano Benjamin Rusch, comenzó a recomendar la biblioterapia como apoyo de la psicoterapia para personas con problemas de depresión o fobias, mientras que en los hospitales psiquiátricos de Inglaterra, Francia, Alemania los médicos que trataban enfermedades mentales empezaron a recetar la lectura como terapia y a considerar “los servicios bibliotecarios» como una parte significativa de los programas terapéuticos para enfermedades psíquicas.
En 1858 John Milton escribe el primer artículo sobre el tema titualado “On Reading. Recreation and Amusement for the insane”, aunque el término biblioterapia fue utilizado por vez primera por un bibliotecario, Samuel Mchord Crothers en 1916.
La primera definición del concepto aparece en el diccionario Dorland’s Illustred Medical, en 1941, como “el uso de libros y de su lectura en el tratamiento de enfermedades nerviosas” y un año después, la investigadora Ilse Bry, publica su trabajo “Aspectos médicos de la literatura: un esbozo bibliográfico”, en los que trata de la aplicación médica de la literatura, pero también de la medicina en la literatura y el análisis médico de la literatura.
A partir de 1949, la biblioterapia se convierte en campo de estudio y de investigación universitaria con la publicación de la primera tesis sobre el tema por parte de Caroline Shrodes titulada “La biblioterapia: un estudio teórico y clínico-experimiental” donde se establecen las bases del concepto actual.
Coincidiendo con el desarrollo conceptual y con la finalización de la II Guerra Mundial, se produce el mayor auge de la disciplina cuando este tipo de terapias comienzan a ser utilizados con los soldados heridos en la contienda.
En 1961, el Webster’s third New International Dictionnary aporta una nueva definición.“el uso de materiales de lectura selectos, como ayuda terapéutica en Medicina y Psiquiatría” y orientación en la solución de problemas personales a través de la lectura, que cinco años más tarde será aceptada de forma oficial por la ALA (American Library Association).
En los años 80 asistimos a otra etapa de gran desarrollo, coincidiendo con el “boom” de los libros de autoayuda y el afianzamiento de la idea del valor curativo de la literatura.
En 2001 la IFLA (Internacional Federation of Library Associations and Institutions) presenta las “Pautas para bibliotecas al Servicio de pacientes de hospital, ancianos y discapacitados en Centros de atención de larga duración”, en las que la biblioterapia es considerada como un servicio básico a los pacientes potenciando la idea de que los libros, la lectura y los materiales bibliotecarios pueden ejercer un efecto positivo en el estado y recuperación de los enfermos físicos o mentales.
Por su carácter interdisciplinar, la biblioterapia no tiene un campo de actuación profesional definido; para algunos profesionales se trata de una disciplina biblioteconómica, que necesita conocimientos de psicoterapia, y que se lleva a cabo en hospitales generales y psiquiátricos, asilos, geriátricos, bibliotecas escolares y públicas, etc, para luchar contra las tensiones de la vida cotidiana. Para otros es una técnica psicológica complementaria de la psicoterapia conductista. Por lo tanto la biblioterapia puede ser considerada como un proceso de desarrollo personal o como un proceso clínico de cura, consideraciones de las que se deriva una doble tipología.
- Biblioterapia clínica: destinada a personas con problemas importantes cuyo objetivo es que los pacientes modifiquen actitudes y comportamientos. Su aplicación se realiza básicamente en hospitales y clínicas y se utiliza en tratamientos contra la depresión, TCA (Trastornos de la Conducta Alimenticia), TDH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), etc. Es una terapia siempre grupal en la que intervienen piscoterapeutas, bibliotecarios y otros profesionales de la medicina, y en la que la participación puede ser voluntaria o involuntaria.
- Biblioterapia para el desarrollo personal o evolutiva, cuyo objetivo es la utilización de la lectura en el desarrollo personal. La terapia puede ser grupal o individual, pero siempre voluntaria, y se puede aplicar de forma preventiva o correctiva en hospitales y clínicas, pero también en bibliotecas escolares y públicas, centros educativos, centros de acogida, etc. En este tipo de terapia interviene exclusivamente el bibliotecario que sin embargo, puede contar con la ayuda de otros profesionales del centro.
La metodología utilizada también varía en función de su consideración como clínica o evolutiva. Sin embargo, en su práctica básica consiste en la selección de material de lectura relevante para la situación vital de una persona o grupo. Por lo general se leen obras seleccionadas por el biblioterapeuta, que se convierte en el intermediario ente el lector y el libro. Puede consistir únicamente en la lectura y desarrollo de una conversación a partir de ella, a través de la cual se podrán observar las reacciones de los participantes, o ser complementada con actividades artístico-terapéuticas, como el dibujo, modelados, dramatizaciones u otras.
Consideraciones.
Un programa de biblioterapia, sea para adultos o para niños, debe ser cuidadosamente planificado siguiendo una serie de pasos. Se deben determinar los destinatarios de la terapia en función de tres características:
- El nivel de aflicción socioemocional: personas con trastornos graves, personas socialmente vulnerables o personas con alguna dificultad común en su desarrollo. Aplicaremos según el nivel una biblioterapia clínica o evolutiva.
- La edad de los participantes. De la edad dependerá el nivel de comprensión lectora, la capacidad para solucionar determinados problemas, las temática, la elección de los materiales, etc.
- Los intereses en cuanto a los temas de los libros.
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Todo aquél que se diga lector dirá que los libros son terapéuticos, me incluyo, pero, ¿Alguno de ustedes han sido objeto de esta técnica? Con profesionales en el tema. Creo que muy pocos.
Sin duda lo más común es «automedicarse» con libros, y me parece que es lo correcto. Saludos.
Pingback: Infoterapia: cómo mejorar la calidad de vida a través de la lectura - Infotecarios
Qué interesante, nunca había oído hablar de esto. Sin duda los libros son muy terapéuticos. Creo que realmente lo que hacen es que nos olvidemos de nuestras dolencias, dejemos de ser nosotros, para adentrarnos en la vida de otro personaje.
¿No os parece que los hospitales deberían tener bibliotecas? Imaginad a esos enfermos, muertos de aburrimiento, en las camas, con todo a su alrededor recordándoles lo enfermos que están. Esta sería una iniciativa muy interesante, pues ahora mismo las habitaciones tan solo tiene como método de distracción un pequeño televisor.
Un saludo.
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Sin duda sería buena idea tener literatura en los hospitales, la estimulación sería bastante buena para los enfermos; les daría un poco de calma y serenidad.
Todo un tema este.
Saludos.
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Reblogueó esto en La página de Juan Pedro Rica Peromingo.
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