Es noviembre ya, época para revivir a tus muertos y festejar con ellos, porque a la muerte no solo se le teme, sino también a la muerte se le festeja, se burla y se acepta.

Al menos en México así sucede en el tradicional Día de Muertos (2 de noviembre).

Y es por eso que también es válido festejar la literatura que nos transporta al otro mundo, la que nos devuelve seres de ese otro mundo, la que pone en huelga a la mismísima Muerte, la que la posterga o la adelanta.

A esos tantos autores que jugaron con ella, aunque al final fueron vencidos, a todos ellos se agradece haberla enfrentado hasta el final, aún cuando muchos de ellos hayan hecho el trabajo por sí mismos (Hemingway, por ejemplo).

En fin, y a modo de homenaje, gracias a esos autores que plasmaron con tinta imborrable su aventura por este mundo antes de ser llevados al otro por la misma muerte que, irónicamente, dieron vida en sus textos.

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Esta semana tendremos novelas y relatos de muertos, nuestros muertos.
Espero lo disfruten.

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Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, la muerte canta noche y día su canción sin fin.
Rabindranath Tagore