Título original: The big sleep
Año de publicación: 1939
Editorial: Alianza Editorial
Edición: Segunda, 2012
Páginas: 284
ISBN: 978-84-206-7195-6

Publicada en 1939, El sueño eterno supuso la fulgurante irrupción de Raymond Chandler (1888-1959) en el ámbito de la novela negra. Tomando como modelo en muchos aspectos a Dashiell Hammett, principalmente en la concepción de esta clase de relatos como reflejo y crítica de una sociedad más que como propuesta de acertijo o enigma a resolver, Chandler inició, con su apuesta por su detective Philip Marlowe y su inconfundible sentido del humor, una de las vetas más ricas del género. En El sueño eterno – novela repleta de nervio y de ingeniosos diálogos – es un caso de chantaje el que lleva a Marlowe a asomarse a las alcantarillas de una sociedad en apariencia espléndida.

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He llegado a Chandler gracias a otro grande del género noir, Dashiell Hammett. Y al igual que este último presenta en esta historia un rompecabezas de pequeñas piezas que muchas veces parecen no encajar. Destaco al divertido Detective privado Marlowe, quien a pesar de la situación en contra que pueda apremiarle siempre mantiene confianza y hasta es capaz de articular frases de ingenio que te harán sonreír. Un tipo de cuidado, de gran valor, pero honesto y profesional siempre. Este libro, en mi opinión bastante atrevido para la fecha de su publicación (1939), presenta un caso de pornografía de menores y todo el negocio que detrás de esto impera, y que desatará una serie de asesinatos que serán el punto determinante para hilar cada uno de los cabos sueltos hasta llegar a un vuelco final digno de cualquier novela negra que se jacte de serlo.

Personalmente, al no poder leerlo diario o por el tiempo que me hubiera gustado, me costó un poco recordar quién y qué relación tenía cada personaje, que tampoco es que sean tantos, pero se agradece que en últimas instancias todo queda perfectamente bien explicado, pues a eso se quiere llegar en una historia de detectives, al desenredo de todo el misterio.

¿Qué más te daba dónde hubieras ido a dar con tus huesos una vez muerto? ¿Qué más te daba si era en un sucio sumidero o en una torre de mármol o en la cima de una montaña? Estabas muerto, dormías el sueño eterno…

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 Mi calificación en Goodreads fue de 4 estrellas (4/5).