Hace poco más de 2 años tuve la idea de un ejercicio personal e íntimo el cual consistía en observar mis libros e imaginar qué hacen sus personajes/autores mientras uno duerme, qué aventuras y tragedias podían ocurrir cuando dos o más personajes separados por cientos, o miles, de años; montones de libros entre sí, por culturas opuestas y géneros totalmente distintos, se llegan a reunir en cualquier noche mágica.
En aquél primer ejercicio de creatividad el resultado fue algo curioso y divertido que fue bien recibido por quienes lo leyeron; veremos ahora si los libros se prestan para repetirlo.
Acá puedes leer la primera parte.
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Imaginen al habilidoso Súper Zorro de Roald Dahl excavando a través de la estantería de libros, atravesando desde Los Ángeles de los años 30, donde Philip Marlowe trata de desenmarañar un caso, hasta las profundidades de la Tierra, pero sin enterarse que sin querer ha viajado al futuro, exactamente al año 802,701, se entera de mala forma, pues los horribles y salvajes Morlocks se lo dejarán bien claro.
Bartleby, el escribiente, encuentra consuelo y desahogo en otro personaje introvertido y solitario, el joven pero inteligente Holden Caulfield, con quien convierte su pobre «preferiría no hacerlo«, en una cascada de íntimos pensamientos; parece que se entienden a la perfección. El mismísimo Siddhartha Gautama, a la sombra de su árbol Bodhi, los observa con una sonrisa placentera y los invita a la meditación. Ellos siempre aceptan.
En otro caso de extrema rareza, el Fantasma de Canterville abandona su antiguo castillo en busca del Camino Amarillo que lo lleve a la Ciudad Esmeralda, pues ha escuchado entre páginas que ahí se encuentra un gran mago, y lo que él quiere pedirle es paciencia, la suficiente para soportar a sus nuevos inquilinos. Por otra parte, Dorothy y sus tres amigos, cansados de siempre seguir el camino amarillo, han escuchado en otro libro de otro camino a una región llamada Mordor; a pesar de las advertencias deciden adentrarse en él.
El hombre ilustrado se ve rodeado de la pandilla de Peter Pan (los Gemelos, Nibs, Tootles, Slightly y Curly), quienes lo buscan noche tras noche para entretenerse con las historias que en su piel se desarrollan. Han intentado invitar a Pinocho, pero el pequeño de madera es demasiado inquieto y no tarda en ir a explorar la momentáneamente deshabitada isla de El país de Nunca Jamás.
El joven Daniel Sempere recorre todas las noches gran parte del librero, desde la R de Ruíz Zafón hasta la B de Borges, pues ha descubierto la mítica Biblioteca de Babel, aquélla que contiene todo el mundo dentro de sí, todo lo que alguna vez se ha escrito, haciendo olvidar al Cementerio de los Libros Olvidados.
Y para terminar, en la penumbra más alejada del librero se sitúa la fantasmal Comala, hogar del atemporal Pedro Páramo, donde el tiempo es flexible y juega a placer. Y es precisamente este pueblo el punto de reunión de los grandes escritores de terror que se hayan en el librero. Liderados por Poe, Lovecraft y Lord Dunsany, y en un ambiente espectral, Blackwood, Hoffmann, Bierce, Chambers y Hodgson recorren calles desoladas y polvorientas, rodeados de ventanas desde donde son observados por el olvido, y nada más. A este grupo se le conoce como Los Oscuros, y son los amos de todo el librero.
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Estas fueron algunas de las combinaciones que conseguí en este ejercicio de imaginación, las cuales me parece podrían ser infinitas. Espero que les haya entretenido y sirva para animarlos a voltear a ver su librero detenidamente e iniciar sus propias aventuras. Si alguien se anima no dude en comentarlo.