Autor: Francisco de Goya (1746-1828)
Técnica: Óleo sobre muro, trasladado a lienzo.
Dimensiones: 49,3 cm x 83.4 cm.
Ubicación: Museo del Prado, Madrid, España.
Esta obra forma parte de las pinturas negras (1819-1823) de Goya, las cuales se caracterizaban por sus trazos libres y en ocasiones cargados de pasta para resaltar ciertos aspectos (en este caso en las manos del anciano de la izquierda). Los tonos empleados eran principalmente tonos negros, ocres y grises.
La imagen nos presenta a dos ancianos, uno de ellos al parecer de pie y el otro postrado, tomando sus alimentos. El anciano de la izquierda parece encontrase en mejores condiciones y posiblemente se encargue de alimentar al otro; la mueca en sus labios, la nariz hinchada y sus ojos salidos de las cuencas me desconciertan. Por otro lado, el anciano de la derecha tiene un aspecto de muerte; su aspecto cadavérico, su posición y las cuencas de sus ojos, nos invitan a pensar en él más como un cadáver que como un ser vivo.
¿Qué opinión te merece esta obra?
Como todas las pinturas negras de Goya, fascinante e inquietante, más allá de la representación real, hay en todas ellas -al menos a mi me lo parece- un enorme componente de pesimismo y decepción. A la inquietud contribuye sin duda el tipo de trazo, la indefinición de las figuras contribuye a su aspecto espectral y fantasmagorico. Inquietante y magistral.
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Tendrá muchas interpretaciones, pero la tuya me ha parecido muy buena, no lo había visto de esa forma pero si, tienes razón. Muchas gracias por tu aporte.
Saludos.
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Es realmente inquietante. De hecho, si se fija uno, parece que el de la derecha sea la sombra de muerte del de la izquierda. Y que este, el de la izquierda, no sea consciente de esa presencia. El de la derecha está como en segundo plano y agazapado. Como la foto que detecta el aura de una presencia alrededor de la figura principal.
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