La breve autobiografía de un escritorzuelo intrascendente

Dado que la trayectoria mundana de un personaje recluso y poco atlético apenas cuenta con sucesos excitantes, mis lectores no deben esperar que la siguiente crónica tenga mucho que pueda atraer su atención o despertar su interés. Y, de no haber mediado un editor implacable, bien pudieran haberse ahorrado el suplicio.
Nací en Providence, de pura cepa anglosajona, el 20 de agosto de 1890. Durante mis primeros años de existencia, mi forma de expresión fue oral antes que escrita, y mis gustos mucho más modernos que ahora. A tal respecto, hay que señalar que mis principales manifestaciones, hasta el verano de 1891, traicionaban una marcada afinidad por los versos libres que se componen en nuestros días.
En 1892, año en el que habría que datar mis primeras recopilaciones, mi carrera literaria comenzó a hacerse más ambiciosa. Habiendo dominado ya el arte del habla coherente, y asimilado el alfabeto, me convertí en inveterado recitador de poesía, declamando poemas del tipo Sheridan´s Ride y fragmentos de Mother Goose con verdadero are de rapsoda. También hice mis primeros pinitos en cuanto a composición poética, con la ayuda de cuadernos de escritura.
A finales de 1893 tenía ya otro jalón para mi catálogo: el de la lectura. Mis gustos se decantaban hacia los polisílabos, de cuya pronunciación no estaba yo muy seguro. Por esa época comencé a complementar los hermosos cuentos que me relataban con incursiones propias en las páginas ilustradas de los hermanos Grimm, y a desarrollar una marcada predilección por todo aquello que pudiera pertenecer al campo de los mitos y las leyendas. El año 1894 me trajo otro logro: el de la escritura.
Los años 1895 y 1896 pasaron sin pena ni gloria y, aunque yo escribía prosa tosca y toscos poemas, no queda muestra alguna de todo ello. El mayor suceso de la época fue mi cambio de inclinaciones, que pasó de la mitología germánica a la clásica, gracias a Wonder Book y a los Tanglewood Tales, ambos de Hawthorne.
En 1897 compuse el más temprano intento, de cuantos sobreviven, de obra literaria; un «poema» en cuartetos heptámetros de ritma interna yámbica, titulado The Poem of Ulysses; or, the New Odyssey, cuyo primer cuarteto decía así:

La noche era oscura. ¡Escucha, oh, lector!, y contempla a la flota de Ulises;
Buscando el retorno a casa, aureolado de victoria, ansia el brazo de su esposa.
Luchó largo tiempo, venció a Troya y sus muros abatió.
Pero Neptuno le pone celadas y él cae en sus trampas.

En 1898 comencé una carrera escolar, con frecuencia interrumpida por la mala salud, que complementaba con lecturas en casa y clases privadas. Mi diversión favorita era la de pasar horas en la biblioteca familiar hojeando, sobre todo, libros que tenían más de un siglo, y formando, poco a poco, un gusto por el estilo y las ideas del dieciocho que ya nunca me abandonaría.
En 1899 se despertó en mí el interés por la ciencia, y fundé mi primera publicación amateur estable, The Scientific Gazette, que existió hasta 1904. Vio la luz, sucesivamente, en lápiz, pluma y papel calco, y fue fuente, para mí, de infinito placer y orgullo.
En 1903, la astronomía se convirtió en mi interés principal y fundé la revista en papel calco The Rhode Islanda Journal of Astronomy, que existió hasta 1907. En todo ese tiempo no tuve noticia alguna del amateurismo organizado, y la miscelánea al viejo estilo que andaba escribiendo permaneció misericordiosamente inédita hasta 1906, momento en que hice mi debut en las letras, con una serie de artículos mensuales de astronomía, en un periódico local.
De 1906 a 1914 fui colaborador de diversas publicaciones de poca monta, pasando, hacia 1911, de las ciencias puras a las belles lettres. En marzo de 1914 supe, gracias al señor Edward F. Dass, de la existencia del movimiento amateur y no tardé en afiliarme a la United, algo que supongo se mantendrá hasta mi muerte, dado que me ha proporcionado más placer que ninguna otra cosa en este mundo.
En la United he tenido el privilegio de ser un frecuente colaborador, en cuanto a escritor, y he ostentado diversos cargos, incluyendo la presidencia del organismo, así como del departamento de crítica pública. Me he esforzado por defender los elementos literarios más puros y progresivos en la asociación, y en tratar de reverdecer ese conservadurismo y clasicismo que la literatura moderna tan decidida parece rechazar. A este fin se consagra mi propia publicación, The Conservative. Estas actividades diversas me han granjeado, qué duda cabe, la fama de viejo e insufrible pedante, aunque no puedo colmar del todo mi destino, ya que el editor Samples me obliga a gastar buen papel de escribir en estos sobredimensionados anales de mediocridad boeciana.

The Brief Autobiography of an Inconsequential Scribber, 1919.

Fuente:
El horror sobrenatural en la literatura y otros escritos
Howard Philips Lovecraft
Editorial Edaf, 2002

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